En la vida moderna encontramos un hombre lleno de dudas por sus necesidades aparentes, sin poder realizarse y con un alto grado de insastisfacción.
Esto indudablemente ha sido producto de su ego, el cual lo traiciona y lo conflictua.
El hombre como primer medida debe dominar y contener a su ego, debe tener una guía espiritual y practicarla continuamente. Pues los descontentos, las iras, la envidia, los celos, perturban su espíritu creando en el ego el origen básico de toda las causas de infelicidad.
El hombre depende de sí mismo para poder superarse, en su mente traduce actitudes y palabras, las cuales debe cuidar como usarlas, ya que de acuerdo a lo que traduce su mente, llega a vivir. Cuando siente tristeza o alegría, es por la actitud de su mente, punto de origen de todas las cosas.
La actitud que se acostumbra a vivir, con su mente, lleva al hombre a su felicidad o infelicidad, a esto se llama Karma y puede explicarse fácilmente, pues en la forma que usa las palabras, las actitudes y hábitos llega a cambiar su destino.
El hábito de hablar mal, hace el tener una mala actitud, frente a las diferentes situaciones, que se denota en discusiones, falta de voluntad, vagancia, etc. llegando inclusive a perder en una discusión el dominio de sí mismo y hasta producir la muerte de sus semejantes.aiki_redimensionar.png
Es por esto que el hombre debe apartarse de estos hábitos, dejar surgir el buen hábito de cuidar su mente, que penetre en nosotros este uso, pensando en los demás en comprenderlos, en serles útiles, en ayudarles, tenerles paciencia, consideración, no tener deseos desmedidos, debe hacer esfuerzos para progresar, avanzar en calma y en paz.
¿Que es una buena práctica o disciplina espiritual?
Se debe reflexionar por lo que se ha hecho, por sus errores, equivocaciones, sin acusarse a si mismo ni por
esto sufrir. Sería un gran error traer del pasado sus errores para con éstos sufrir. En el presente debe pedir profundamente perdón por sus acciones, y por la indiferencia hacia los demás.
Estos se debe hacer en un gran acto de contrición en un lugar solitario, tranquilo, relajado, cambiando de lo negativo a lo positivo, con el propósito de cambiar los hábitos poco a poco, haciendo esfuerzos para que, por medio de la práctica y la disciplina, se alcance el propósito buscado. Agradeciendo profundamente desde su corazón a sus padres, maestros, amigos, compañeros que le ayudaron en su vida.
Agradecer a Dios que nos dio la vida, a los antepasados, la tierra, el agua, los elementos, la naturaleza toda, el Universo, que sin ellos no podríamos existir.
Es por esto que agradeciendo a la Gran Naturaleza que nos da la vida, disminuyendo el ego, comprenderemos la verdad, estudiando con profunda observación.
Los hombres piensan siempre sobre sí mismos, como principio egocéntrico, sin importarle lo demás, esto se debe revertir, se debe buscar la unificación en la alegría con los demás, naciendo de esta manera la felicidad espiritual, actuando positivamente, con buena actitud y profundizando la sabiduría y el deseo de vivir plenamente.
El practicante de arte marcial debe cumplir con todo esto, con sus prácticas, poniendo-el mayor esfuerzo para el logro de estos puntos, puesto que a él se le exige para situaciones límites, debiendo brindar su vida en pos de sus ideales.
Articulo tomando de la revista semestral de la Asociacion Argentina de Aikido
Last Updated ( Monday, 13 April 2009 )